viernes, 26 de marzo de 2010

España, país de mangantes

Leía yo en el País esta mañana el siguiente artículo:

http://www.elpais.com/articulo/espana/fiscal/pide/prision/eludible/fianza/millones/Jaume/Matas/elpepuesp/20100326elpepunac_9/Tes

Resulta que un ex ministro del gobierno de Aznar ha entrado por la puerta grande en los juzgados por el caso Palma Arena, un escándalo de corrupción que a pesar de tener un cáriz que debería como mínimo de indignar a esta sociedad (presunta financiación ilegal del Partido Popular, y supongo el tándem de prevaricación, malversación y tráfico de influencias, o sea, Corrupción), a la gente de la calle le da igual.

No hablemos ya del despiporre del famoso caso Gürtel y todo el entramado del señor "bigotes" y su banda de golfos apandadores, que elevaron a la categoría de arte la corrupción, el mangoneo y pelotazo. La única imagen que veo de ese señor por televisión es la que sale en la boda de la hija del ex presidente Aznar, y no es una imagen que favorezca mucho al Partido Popular ver a su querido ex presidente.

Es increible lo que nos sacaron por los medios del famoso caso Gürtel, una red de corrupción a nivel nacional, que si los trajes de Camps, el coche de Ricardo Costa, y un largo etcétera de favores y regalos a políticos de la Comunidad Valenciana, y lo que no ha salido a la luz.

"Cuando el río suena, agua lleva". Este refrán no debe de andar muy equivocado, pero la cuestión es que el Partido Popular tiene una gran virtud, que es apoyar a todos sus afiliados, a los cuales defiende con uñas y dientes, y más cuando están inmersos en causas penales por corrupción.

Si es que a mi lo más grave de todo este asunto me parece que es que todo esto a la ciudadanía media le importa un pimiento, a no ser que seas simpatizante de un partido de la oposición, frente a lo cual han violado en lo más profundo los valores de la democracia y de la decencia.

Pero dejemos de ser infantiles, y de pensar que en el mundo se puede diferenciar entre buenos y malos. La verdad es que en casos de corrupción urbanística, y en casos de corrupción, en general, ha dado siempre igual el color de cada uno, ya sean socialistas, comunistas, de derechas, de extremas, nacionalistas... corruptos hay en todas partes. Los partidos lo saben, y sólo esperan que estos casos de corrupción no les estallen en periodo electoral, porque es la única forma de que una mínima parte de la sociedad se preocupe por todos estos sucesos.

Y es que en España, nos gusta que nuestros políticos sean unos chorizos,y es así porque en nuestra mente colectiva todavía tenemos miedo al señor gobernante, que como si nos remontásemos a tiempos pasados, es el cacique que hace y deshace a voluntad, al cual hay que temer de él su ira y tragar aunque te la meta doblada,para asegurar la supervivencia. Todavía en este país somos unos campesinos, no hemos evolucionado al status de ciudadano, y desde luego no somos prudentes, como diría Aristóteles. Todo lo que ocurra nos la sopla, hemos cambiado la sociedad de los tres pilares por una con dos, los políticos y los borregos.

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